Capítulo 93
Capítulo 93
Capítulo 93
Cuando el médico salió de la habitación, Sebastián se acercó, preguntando ansioso: “¿Cómo está Lorena? ¿Es grave?”
El médico respondió: “No es extremadamente grave, solo tiene una herida en la frente, que podría dejar una cicatriz. Para una chica, lo que más le importa es su rostro, así que tal vez necesiten ayudarla a superar este trauma emocional y verlo desde otra perspectiva”.
Sebastián se quedó paralizado en su sitio.
Fernanda habia preguntado por la dirección de Carlos y apenas llegó, escuchó la conversación entre Sebastián y el médico.
Sebastián, agotado, se frotó la frente y al voltearse vio a Femanda.
Su mirada llevaba un matiz de frialdad: “¿Cómo te atreves a venir? Lorena ha quedado desfigurada, ¿estás contenta ahora?”
“Sebastián, cálmate un poco,” dijo Fernanda con el rostro inexpresivo. “Nadie quería que esto sucediera, y además, su accidente no es algo que pudiéramos haber previsto nosotros”.
“¿Nosotros?”
Sebastián, como si hubiera escuchado algo gracioso, soltó una risa fría: “Así que tú, Fabio y los demás, ya se han convertido en ‘nosotros”.
Fernanda frunció el ceño.
Sebastián avanzó, acercándose paso a paso a Fernanda mientras la presión atmosférica se intensificaba: “La última vez en el hotel, ¿estabas con Fabio y Javier? ¿Marisol solo estaba cubriendote? ¿Qué relación tienes realmente con Fabio? ¿Hasta donde han llegado?”
Sebastián agarró fuertemente la muñeca de Fernanda.
Al ver los ojos rojizos de Sebastián, casi por instinto, Fernanda se zafó de su agarre: “¡Sebastián! ¡Detente! ¡No tengo idea de lo que estás hablando!”
Viendo sus manos siendo rechazadas, Sebastián dijo con voz fría: “Fernanda, más te vale rezar para que el rostro de Lorena pueda ser reconstruido, si no, no me culpes por tomar acciones contra la famili Jara”.
Justo después de sus palabras, un grito agudo vino desde dentro de la habitación.
Sebastián casi por reflejo abrió la puerta y se vio a Lorena tirando los vasos de la mesa. Cuando Fernanda entró, Lorena ya estaba aferrándose al brazo de Sebastián, recostada en su pecho: “Mi rostro mi rostro ¿está arruinado? Mi rostro está arruinado”
ue acaba
“Ya, ya, tranquilizate, el médico dijo que debes mantener la calma, de lo contrario, la herida que de ser suturada podria abrirse”.
Sebastián consoló suavemente a Lorena.
Con heridas en la frente y en los brazos, Lorena levanto la vista hacia Fernanda, sus ojos estaban llenos de rabia, y señalando a Fernanda que no estaba muy lejos, dijo: “Fernanda, no te he hecho nada, ¿por
qué me haces esto? ¡Tienes que haber sido tú! ¡Fuiste tü!”
Fernanda observó en silencio el ‘espectáculo’ de Lorena.
Capitulo 93
Había pensado que este accidente había sido un imprevisto, pero ahora que Lorena la acusaba apenas la veía, empezó a sospechar que tal vez había algo más detrás de todo esto.
Sebastián tomó la mano de Lorena, hablandole suavemente: “Tranquila Lorena, déjame encargarme de esto, tù solo concéntrate en recuperarte”.
“Sebastián, solo queria disculpamme con la señorita Marisol, pero no sé en qué momento ofendí a Femanda. Ella y Marisol me han avergonzado en público varias veces, humillándome sin saber qué hice mal. Si mi rostro queda arruinado, no querré seguir viviendo”. Lorena lloraba con el rostro enrojecido y Sebastián la miraba lleno de compasión.
Al mirar a Fernanda, su mirada era cada vez más fría, Incluso con un disgusto que parecia venir de otra vida: “Lárgatel (No quiero volver a verte!”
Carlos también se acercó, diciendo: “Señora, será mejor que salga por ahora”.
Fernanda miró por última vez a Lorena, quien desde los brazos de Sebastián le devolvia una sonrisa
triunfante All text © NôvelD(r)a'ma.Org.
Esa sonrisa llevaba consigo un desafio hacia ella.
Fernanda soltó una risa fria, giró y se marchó de la habitación.
Carlos, siguiendo a Fernanda, no pudo evitar decir: “Señora, el señor Borrego solo está alterado porque la señorita Lorena tuvo un accidente, no lo tome a pecho”.
“Dile a Sebastián que, a partir de hoy, me voy fuera de la familia Borrego. Ya que Lorena ha resultado tan gravemente herida, que se quede en la familia Borrego a recuperarse todo el tiempo que necesite”.
Fernanda dijo estas palabras con frialdad y sin mirar atrás se alejó.
Cuando Carlos regresó a la habitación, viendo a Lorena aun llorando en los brazos de Sebastián, repitio lo que Fernanda habia dicho.
Sebastián solo sintió una ira acumulándose en su interior: “Si ella quiere irse, que se vaya!”
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